miércoles, 25 de febrero de 2015

Evolución de los silajes durante dos siglos de uso y la necesidad actual de mejorar la estabilidad aeróbica


Entrada de opinión-revisión relacionada al Blog

Pareciera que el silaje nació en Italia en el siglo XVIII para preservar forrajes para el invierno. Era un método sencillo con microrganismos del ambiente y en condiciones anaeróbicas. Y por más de dos siglos fue así. Se basaba en los mismos principios que los encurtidos y biológicamente estaba relacionado con el proceso de la vinificación y las bebidas alcohólicas por fermentación, aunque en la elaboración de las bebidas predominan las levaduras y en la de los silajes las bacterias.



Eran todos procesos naturales y con los que se lograba avanzar para las necesidades del siglo XVIII. En el caso del silaje, sin muchos cambios o avances se llegó al siglo XX. Interesaba la cantidad más que la calidad y eran consideradas como reservas forrajeras, denominación que perduró hasta la segunda mitad del siglo XX.



Como ya expresáramos en otra entrega, fue la planta entera de maíz picada, el silaje por excelencia que universalizó este proceso de ensilar forrajes que demandó, además, mejores y más grandes picadoras con doble picado, crackers y accesorios de fácil regulación.
Como el maíz se adaptaba muy bien al ensilaje no hubo problemas reales ni cuestionamientos al proceso de ensilaje. Con la ganadería moderna, la intensificación y la eficiencia alimenticia, comenzaron algunos problemas y cuestionamientos debidos básicamente a dos razones: 1) que se comenzaron a ensilar especies no aptas para el proceso de ensilaje y 2) la necesidad de evitar pérdidas de materia seca y en especial de calidad del silaje por procesos aeróbicos al abrir el silo, suministrar o manipular el silaje. 


Los primeros silos para forrajes se reportan en el siglo XVIII, primero en Italia y luego en Europa: eran barrilles de madera con hojas pre-oreadas y compactadas que se tapaban o enterraban. Ya en el siglo XIX se utilizaban silos forrajeros de material, horizontales, como los dos que se aprecian en las imágenes y que pertenecían a La Martona fundada por Vicente Lorenzo Casares en 1889, primera empresa láctea modelo del país con 52 tambos en 7.000 ha, en la localidad de Vicente Casares, Bs. As. 
Hoy, los silos que se utilizan en nuestro país son: los tipo bunker y el silobolsa®

Para mejorar la fermentación o para conservar mejor el silaje se comenzaron a utilizar Inoculantes y aditivos, que el silaje de maíz no había necesitado si se compactaba bien para dar las condiciones de anaerobiosis. Con el  silaje de maíz, el gran cambio cualitativo fue disponer de silajes energéticos en volumen y de buena calidad, palatables luego de un corto período de acostumbramiento. El otro gran cambio cuali-cuantitativo se dio con híbridos con alta producción de materia seca de planta entera y de mejor calidad de la fibra derivados de los graníferos, pero diferenciando los estándares para uno y otro tipo. Los inoculantes que permitan la estabilidad aeróbica son los realmente necesarios para ensilar maíz y junto a los nuevos híbridos más específicos para silaje representan el tercer avance, en este caso cualitativo, luego de 25 años de crecimiento constante del silaje de maíz, que en nuestro país ya supera el millón de hectáreas, equivalente a 12 millones de toneladas de materia seca conservada, de las cuales 4.5 millones es grano.

Retomando a los inoculantes y aditivos, que como vimos son imprescindibles para otras especies de gramíneas y en especial de leguminosas, los inoculantes que mejoran la estabilidad aeróbica del silaje actualmente son imprescindibles para todos los silajes, incluido el de maíz como mencionamos en el párrafo anterior y también el sorgo. No olvidemos que en nuestro país, alrededor del 80 % de los silajes son de estas dos especies. Esa necesidad de mejorar la estabilidad aeróbica para preservar al máximo la calidad nutritiva y la energía de esos dos silajes, como así también para mejorar la fermentación o para conservar mejor el silaje del 20% restante de leguminosas y pasturas en general, en la próxima entrega haremos una síntesis de todo lo disponible en aditivos bacterianos para silaje o también llamados inoculantes, que básicamente ayudan a la fermentación y a la estabilidad aeróbica.

http://www.panoramio.com/user/360037/tags/Vicente%20Casares

REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA, UNIVERSIDAD VERACRUZANA  Mayo•Agosto de 2011,  XXIV: 2


No hay comentarios.:

Publicar un comentario