miércoles, 15 de abril de 2015

Mejorar la estabilidad aeróbica de los silajes para preservar al máximo la calidad nutritiva





Entrega de opinión - revisión relacionada al blog

El objetivo de los forrajes conservados es producir grandes cantidades de materia seca para transferirlas a períodos de escasez o a la dieta de todo el año, preservando la calidad cuasi original del forraje en el momento del corte.
  •         En el caso de la henificación, mediante procesos de corte, movimientos mecánicos y secado que permitan preservar fundamentalmente el valor nutritivo en el heno.
  •          En el caso del ensilado, un proceso mecanizado muy controlable y bastante independiente de las condiciones climáticas, es posible preservar con más facilidad la calidad del forraje tal como se encuentra al momento del picado. El proceso fermentativo ideal se consigue con tamaño de picado y compactación e inoculantes más o menos efectivos según la naturaleza del forraje. El cuello de botella para los silajes sigue siendo el momento de la utilización y distribución, que resulta más complicado a medida que las temperaturas del ambiente aumentan, ya que anteriormente los silajes se utilizaban sólo en la temporada invernal y ahora son parte de la dieta en buena parte del año en los sistemas semi-intensivos y  todo el año para los sistemas intensivos que necesitan dietas equilibradas.


Para mejorar la estabilidad aeróbica y preservar al máximo la calidad nutritiva y la energía de los silajes, como así también para mejorar la fermentación en el proceso de ensilado, hay disponible una gran cantidad de aditivos bacterianos o también llamados inoculantes, que tienen diferentes modos de acción y por ende distintos propósitos. Tomaremos como referencia bibliográfica en esta entrega, un artículo del INTA del Ing. Agr. Ph.D. Oscar C. M. Queiroz, complementando con información de Empresas de Inoculantes.


Los aditivos bacterianos son de dos tipos principales: a) los que transforman rápidamente la glucosa en ácido láctico, que acidifican prontamente a la masa de forraje y la conservan, como se dio tradicionalmente en los silajes; b) los que además de ácido láctico, producen etanol, CO2, y ácido acético durante la fermentación, pero lo que los hace atractivos es que también generan agentes anti fúngicos como acetato y propionato, que ayudan a la estabilidad aeróbica. A las bacterias descriptas como tipo a) se las denomina Bacterias Homolácticas y a las del tipo b) se las conoce como Bacterias Heterolácticas. Todas estas bacterias tienen diferentes funciones y actúan en distintas fases del proceso de ensilaje. Comercialmente se presentan como inoculantes que contienen distintas cepas y diferentes proporciones de bacterias seleccionadas según marca y destino. Las especies bacterianas de cada tipo, mencionadas como a) y b), son las siguientes:

Bacterias Homolácticas
           Lactobacillus plantarum
           Pediococcus pentosaceus
           Enterococcus faecium

Bacterias Heterolácticas
           Lactobacillus buchneri
           Lactobacillus brevis
           Lactobacillus ke­firi


            Como ya expresáramos en otra entrega, cuando se comenzó el ensilado de especies forrajeras no aptas naturalmente para este proceso, hubo una inevitable necesidad de utilizar inoculantes, pero ahora con la valorización que existe del silaje, es necesario evitar pérdidas de materia seca y en especial de calidad del silaje, la que se produce por procesos aeróbicos al abrir cualquier silo, independientemente de la especie ensilada. Entonces, además de lograr una buena fermentación, se requerían herramientas para conservar mejor el silaje en el proceso de manipuleo y utilización, con lo que se comenzaron a utilizar nuevos Inoculantes y aditivos. Se seleccionaron cepas de los tres géneros de bacterias mencionadas en el párrafo anterior, para utilizarlas y combinarlas adecuadamente en los inoculantes comerciales. Para mejorar la estabilidad aeróbica, últimamente se comenzaron a utilizar las bacterias heterolácticas que mencionamos más arriba, cuyo uso ya se recomienda para todo tipo de silaje. En los silobolsa para autoconsumo, la exposición aeróbica que se produce debe controlarse poniendo las estructuras de autoconsumo en los extremos de las bolsas y con remoción rápida para disminuir el tiempo de exposición y re-oxigenación del silaje.



             Si bien, desde el punto de vista nutricional y académico se requiere encontrar un equilibrio con las especies y cepas que integren un inoculante, con especificidades y complementación, desde el punto de vista práctico hay que recurrir a los productos comerciales de reconocidas empresas que desarrollan formulaciones para la inoculación de forrajes ensilados. La adecuada concentración y tasa de inoculación  con la que serán usadas las formulaciones comerciales, son de fundamental importancia para la efectividad del producto. Como regla general  resulta oportuno resaltar conceptualmente lo referido por Oscar C. M. Queiroz: los inoculantes con bacterias homolácticas son usados para mejorar la fermentación del forraje ensilado, mientras que los inoculantes con bacterias heterolácticas son utilizados para incrementar la estabilidad aeróbica del silaje durante su utilización.


http://www.lactosilo.com/MaterialT%C3%A9cnico/Folletos/tabid/138/Default.aspx

miércoles, 25 de febrero de 2015

Evolución de los silajes durante dos siglos de uso y la necesidad actual de mejorar la estabilidad aeróbica


Entrada de opinión-revisión relacionada al Blog

Pareciera que el silaje nació en Italia en el siglo XVIII para preservar forrajes para el invierno. Era un método sencillo con microrganismos del ambiente y en condiciones anaeróbicas. Y por más de dos siglos fue así. Se basaba en los mismos principios que los encurtidos y biológicamente estaba relacionado con el proceso de la vinificación y las bebidas alcohólicas por fermentación, aunque en la elaboración de las bebidas predominan las levaduras y en la de los silajes las bacterias.



Eran todos procesos naturales y con los que se lograba avanzar para las necesidades del siglo XVIII. En el caso del silaje, sin muchos cambios o avances se llegó al siglo XX. Interesaba la cantidad más que la calidad y eran consideradas como reservas forrajeras, denominación que perduró hasta la segunda mitad del siglo XX.



Como ya expresáramos en otra entrega, fue la planta entera de maíz picada, el silaje por excelencia que universalizó este proceso de ensilar forrajes que demandó, además, mejores y más grandes picadoras con doble picado, crackers y accesorios de fácil regulación.
Como el maíz se adaptaba muy bien al ensilaje no hubo problemas reales ni cuestionamientos al proceso de ensilaje. Con la ganadería moderna, la intensificación y la eficiencia alimenticia, comenzaron algunos problemas y cuestionamientos debidos básicamente a dos razones: 1) que se comenzaron a ensilar especies no aptas para el proceso de ensilaje y 2) la necesidad de evitar pérdidas de materia seca y en especial de calidad del silaje por procesos aeróbicos al abrir el silo, suministrar o manipular el silaje. 


Los primeros silos para forrajes se reportan en el siglo XVIII, primero en Italia y luego en Europa: eran barrilles de madera con hojas pre-oreadas y compactadas que se tapaban o enterraban. Ya en el siglo XIX se utilizaban silos forrajeros de material, horizontales, como los dos que se aprecian en las imágenes y que pertenecían a La Martona fundada por Vicente Lorenzo Casares en 1889, primera empresa láctea modelo del país con 52 tambos en 7.000 ha, en la localidad de Vicente Casares, Bs. As. 
Hoy, los silos que se utilizan en nuestro país son: los tipo bunker y el silobolsa®

Para mejorar la fermentación o para conservar mejor el silaje se comenzaron a utilizar Inoculantes y aditivos, que el silaje de maíz no había necesitado si se compactaba bien para dar las condiciones de anaerobiosis. Con el  silaje de maíz, el gran cambio cualitativo fue disponer de silajes energéticos en volumen y de buena calidad, palatables luego de un corto período de acostumbramiento. El otro gran cambio cuali-cuantitativo se dio con híbridos con alta producción de materia seca de planta entera y de mejor calidad de la fibra derivados de los graníferos, pero diferenciando los estándares para uno y otro tipo. Los inoculantes que permitan la estabilidad aeróbica son los realmente necesarios para ensilar maíz y junto a los nuevos híbridos más específicos para silaje representan el tercer avance, en este caso cualitativo, luego de 25 años de crecimiento constante del silaje de maíz, que en nuestro país ya supera el millón de hectáreas, equivalente a 12 millones de toneladas de materia seca conservada, de las cuales 4.5 millones es grano.

Retomando a los inoculantes y aditivos, que como vimos son imprescindibles para otras especies de gramíneas y en especial de leguminosas, los inoculantes que mejoran la estabilidad aeróbica del silaje actualmente son imprescindibles para todos los silajes, incluido el de maíz como mencionamos en el párrafo anterior y también el sorgo. No olvidemos que en nuestro país, alrededor del 80 % de los silajes son de estas dos especies. Esa necesidad de mejorar la estabilidad aeróbica para preservar al máximo la calidad nutritiva y la energía de esos dos silajes, como así también para mejorar la fermentación o para conservar mejor el silaje del 20% restante de leguminosas y pasturas en general, en la próxima entrega haremos una síntesis de todo lo disponible en aditivos bacterianos para silaje o también llamados inoculantes, que básicamente ayudan a la fermentación y a la estabilidad aeróbica.

http://www.panoramio.com/user/360037/tags/Vicente%20Casares

REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA, UNIVERSIDAD VERACRUZANA  Mayo•Agosto de 2011,  XXIV: 2


domingo, 4 de enero de 2015

Los silajes son energéticos por definición,

aunque haya una pequeña proporción de proteicos por necesidad de los sistemas

Entrada de opinión-revisión relacionada al Blog

El principio de la conservación de forrajes para tener reservas en épocas de déficit o como suplemento todo el año se basa en dos modelos.
      I.        La henificación, proceso de secado u oreado del forraje después de cortado que se puede acondicionar de diversas maneras como parvas, fardos, megafardos y rollos
  II.     El ensilado, proceso fermentativo para conservar en medio ácido forraje de gran contenido de azúcares solubles, almidón o ambos y con un porcentaje promedio de materia seca de 35%, Si bien el origen del ensilaje de forrajes es incierto, los primeros se habrían hecho con hojas pre-oreadas y compactadas en toneles en Italia y que luego se extendiera a toda Europa, según documentación de los anales de la Universidad de Agricultura de Young en 1786 acerca de un artículo del profesor John Symonds, de la Universidad de Cambridge. Pero fue el maíz la especie “tipo” y la mejor adaptada para producir silajes de planta entera por tres características específicas:

1.  La alta producción de materia seca forrajera energética por unidad de superficie y en un corto período.
2.     La combinación ideal de fibra, azúcares y almidón para rumiantes.
3.  La rápida fermentación y disminución del pH inmediatamente luego del picado sin pre-oreado y compactado en recipientes llamados “silos”, de buena palatabilidad y rápido acostumbramiento.

Volviendo al título de esta entrada de que los silajes son energéticos por definición, es lo que ha generalizado el uso de silajes, con el maíz como especie emblemática. Con los Lactobacillus como microorganismos naturales para producir  la fermentación y la posterior conservación en medio anaeróbico y ácido, durante décadas desde fines del siglo XIX se dio la preponderancia del maíz como sinónimo de silaje. Y la explicación de este fenómeno se resume en las tres características de la planta del maíz mencionadas más arriba.
No hay otra especie que aporte lo que aporta el maíz. La que más se aproxima es el sorgo y son equiparables sólo en condiciones marginales para maíz. Ya veremos que estas dos especies participan en más del 80% de los silajes. La energía de los silajes es muy bien aprovechada por los rumiantes. Hay bacterias lácticas que ayudan a la conservación de los silajes y en el rumen hay bacterias que aprovechan la energía y producen proténa microbiana

Los otros silajes energéticos con fibra y almidón corresponden a los elaborados con cereales de invierno. Y los cereales menores como moha y mijo con escaso aporte de almidón también son factibles, aunque todos los mencionados deben aportar al menos 6.000 kg de materia seca por ha para ser viables económicamente.

Todas las gramíneas forrajeras templadas y megatérmicas pueden ser ensiladas en estado de floración o fructificación temprana, ya que en general tienen suficientes azúcares solubles que aseguren una buena fermentación y bajen el pH. Hay que recalcar que no aportan almidón y que son factibles económicamente si producen al menos 5-6.ooo kg de materia seca por ha y para sistemas de producción más extensivos o semi-intensivos.

Los silajes “proteicos” no son más que adaptaciones del método de conservación original, pero con ajustes y concesiones que permitan un aceptable silaje que no está exento de complicaciones y sólo justificables si no hay una fuente proteica de bajo costo en pasturas del sistema.


Cuando se disponen de buenas pasturas y se efectúa un manejo adecuado de las mismas contando con leguminosas como alfalfa y tréboles, los silajes energéticos son un suplemento y complemento adecuado de esas pasturas. De ahí la afirmación de que los silajes son energéticos por definición y que la fibra tiene un rol estratégico en el rumen. Cuando el pasto comienza a escasear o está en proporciones inferiores a las recomendadas, se producen una serie de desajustes en los sistemas. Cuanto más intensivos son los sistemas el déficit proteico en las dietas pasa a primer plano, Los henos de leguminosas son preferibles si se los puede obtener de buena calidad. Pero ante desajustes en la disponibilidad alimentaria para rumiantes o falta de planificación o ante sistemas que le dan menor importancia al pasto, una forma de conseguir proteína, relativamente a bajo costo es confeccionando silos con leguminosas, las que tienen las siguientes características asociadas a una menor adaptación o a una mayor complejidad para ensilarlas:
1      La producción de MS en un solo corte no es muy alta
2     Se necesita pre-oreado con la consiguiente complicación y pérdida de folíolos y por ende          de digestibilidad,
3     Poder tampón por exceso de sustancias nitrogenadas que afecta la acidificación rápida, la        buena fermentación y que puede afectar seriamente la palatabilidad.

Como veremos en una próxima entrega, los inoculantes y aditivos en un primer momento estuvieron dirigidos a los silajes de leguminosas o de bajo contenido de azúcares solubles, pero actualmente en los nuevos inoculantes para ensilar, prevalece el efecto que puedan tener sobre la estabilidad aeróbica de todos los silajes, tanto energéticos como proteicos. La estabilidad aeróbica de los silajes determina que los mismos lleguen al rumen con poca pérdida de energía y más palatables. 


http://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol24num2/articulos/ensilaje/

http://www.educ.ar/dinamico/UnidadHtml__get__d00a5da3-7a09-11e1-81cf-ed15e3c494af/index.html